En un triste día para el mundo del fútbol, Mário Jorge Lobo Zagallo, el único tetracampeón mundial de este deporte, falleció el viernes en Río de Janeiro a la edad de 92 años, dejando tras de sí un legado inolvidable. La noticia fue confirmada por los asesores del exjugador a través de la red social Instagram, con un mensaje que resalta la pérdida de un ser querido y un ícono del balompié mundial.
La cuenta oficial de Zagallo, @zagallooficial, expresó con gran pesar: «Con gran tristeza les informamos el fallecimiento de nuestro eterno tetracampeón mundial Mário Jorge Lobo Zagallo». El comunicado describía a Zagallo como un «padre devoto, abuelo cariñoso, suegro afectuoso, amigo fiel, profesional exitoso y un gran ser humano», recordando al ídolo como un gigante y un patriota que deja un legado de éxitos impresionantes.
El texto también destaca la impactante carrera de Zagallo, que participó en cinco finales de la Copa del Mundo, perdiendo solo una, en Francia-1998, cuando dirigió a una generación dorada del fútbol brasileño. Nacido en Maceió, Brasil, el 9 de agosto de 1931, Zagallo conquistó el título como jugador en Suecia-1958 y Chile-1962, y como entrenador en México-1970, liderando a lo que muchos consideran la mejor selección de la historia.
La travesía de Zagallo en la Copa del Mundo incluyó su papel como asistente técnico de Carlos Alberto Parreira en Estados Unidos-1994, cuando Brasil se coronó tetracampeón. En total, Zagallo participó en siete Copas del Mundo, ya sea como jugador o en algún cargo del banquillo, consolidándose como una figura emblemática en la historia del fútbol brasileño.
El comunicado finaliza agradeciendo a Dios por el tiempo compartido con Zagallo y pidiendo consuelo en los buenos recuerdos y el legado ejemplar que deja atrás. Con su fallecimiento, el mundo del fútbol pierde a un verdadero ícono, pero la huella de Mário Jorge Lobo Zagallo perdurará en la memoria de los fanáticos y en la historia del deporte rey.